Escucha tu musica preferida !!!

lunes, 19 de abril de 2010

Evangelio del Día

Lunes 19 de Abril de 2010
Lunes de la I
II Semana de Pascua
Evangelio según San Juan 6,22-29.
Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla vio que Jesús no había subido con sus discípulos en la única barca que había allí, sino que ellos habían partido solos.
Mientras tanto, unas barcas de Tiberíades atracaron cerca del lugar donde habían comido el pan, después que el Señor pronunció la acción de gracias.
Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo llegaste?".
Jesús les respondió: "Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse.
Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello".
Ellos le preguntaron: "¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?".
Jesús les respondió: "La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado".

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por
Beato Enrique Suso (hacia 1295-1366), dominico
Vida c. 50
En busca de Jesús

En cuanto a la pregunta: «¿Quien es Dios?», ninguno de los maestros que han existido lo han podido explicar, porque él está por encima de todo pensamiento y de toda comprensión. Y, sin embargo, un hombre celoso que busca asiduamente algún conocimiento de Dios llegar a conocer algo de él aunque de manera muy alejada... Por eso, en otro tiempo, algunos maestros paganos virtuosos lo han buscado, en particular el sabio Aristóteles. Escudriñó el curso de la naturaleza...; lo buscó ardorosamente y lo encontró. Del estudio de la naturaleza dedujo que necesariamente debía haber un único soberano, señor de todas las criaturas, y es el ser que nosotros llamamos Dios...

El ser de Dios es una sustancia de tal manera espiritual que el ojo mortal no puede contemplarle en sí mismo, pero le puede ver en sus obras; según dice san Pablo, las criaturas son un espejo que refleja la existencia de Dios (Rm 1,20). Quedémonos ahí un instante...; mira encima de ti y alrededor de ti, y ves el cielo cuán amplio y cuán alto es en su recorrido, con qué nobleza su Amo lo ha adornado con siete planetas, y cómo lo ha ornado con una muchedumbre innumerable de estrellas. Cuando en verano el sol brilla gozosamente y sin nubes ¡cuántos frutos y cuántos beneficios aporta a la tierra! Cómo los prados son de un verde bello, y cómo son alegres las flores, cómo resuena en el bosque y en los campos el dulce canto de los pequeños pájaros, y todos los animales que se habían escondido durante el duro invierno salen de sus escondrijos y se alegran; cómo los hombres, tanto jóvenes como viejos, se alegran con el gozo que les proporciona ver tantos beneficios. ¡Oh ternura de Dios, si eres de tal manera digno de ser amado en tus criaturas, cuán bello y digno de ser amado debes ser en ti mismo!

No hay comentarios: